Comprometidos con la dignificación y unión de trabajadores de justicia

Manuel Alfonso Novoa Olaya nació en una familia humilde en el municipio de Gachetá, Cundinamarca. Su infancia estuvo marcada por el esfuerzo y la superación, cursando su primaria en una escuela veredal y, para estudiar su bachillerato, caminando cinco kilómetros diarios hasta el Colegio Monseñor Abdón López Ayala. A pesar de las restricciones de la época, Manuel Alfonso fundó el consejo estudiantil, una especie de sindicato de estudiantes, lo que marcó su primer paso en la defensa de los derechos colectivos.
Desde joven, Manuel Alfonso fue un líder incansable en su comunidad. Fundó dos grupos juveniles campesinos en su vereda, participó activamente en la junta comunal y formó parte de equipos de baloncesto, tanto en su vereda como en su colegio. Fue catequista, movilizó a su colegio en una protesta estudiantil de 20 días en agosto de 1979 y representó a la juventud de la vicaría del Guavio ante la diócesis de Zipaquirá y el delegado papal para América Latina. Durante años, fue orientador y conferencista, presidente de la asociación de padres de familia y consejero de padres, gerente social, veedor ciudadano y abogado, siempre con un fuerte sentido de compromiso social.
En marzo de 1980, se trasladó a Bogotá, donde comenzó su vida laboral en la empresa privada, iniciando desde lo más humilde. Junto a su hijo, encontró la motivación diaria para seguir adelante. Su formación incluyó estudios en filosofía en el seminario mayor de Zipaquirá, además de algunos semestres de teología. A través de su trabajo como misionero y su apoyo a comunidades campesinas, Manuel Alfonso ha demostrado su profundo compromiso con las causas sociales. Además, es conocido por su carácter altruista, especialmente durante la Navidad, cuando dedica tiempo y recursos para llevar alegría a niños y personas de escasos recursos en comunidades marginadas.
Durante más de 24 años, Manuel Alfonso estuvo vinculado a uno de los sindicatos más antiguos de la rama judicial. Esta experiencia le permitió conocer de cerca las luchas y necesidades de los trabajadores del sector, y con ese conocimiento, decidió dar un paso más allá en su compromiso social. Fue entonces cuando, tras años de reflexión y dedicación, fundó la “Unidad Nacional de Trabajadores de Justicia” (UNITRAJ) el 9 de enero de 2019. Este sindicato se convirtió en el primer sindicato en Colombia en representar a los servidores de la Fiscalía General de la Nación ante el Ministerio de Trabajo, destacándose por su capacidad de liderazgo y por ser un espacio para la defensa de los derechos laborales de los empleados de la justicia.
Con más de 25 años de experiencia en la Fiscalía, Manuel Alfonso conoce a fondo las realidades de los empleados de la entidad, las dificultades que enfrentan y la importancia de reconocer y defender sus derechos. A lo largo de su carrera, ha trabajado incansablemente para mejorar las condiciones laborales de sus compañeros, abogando por su estabilidad y bienestar. UNITRAJ nació de su visión y esfuerzo, como un sindicato que no solo defiende los derechos laborales, sino que también promueve el bienestar personal y familiar de sus afiliados.